Buenas, queridos. Qué alegría y qué sorprendente la de gente que os habéis unido a estos correos colectivos. Me alegra tremendamente el recibimiento. Traigo otro montón de cosas para entreteneros en un trayecto de metro o en un viaje de taxi quizá. Me gustan a mí mucho los taxis también. Pero solo os animo a leerme en taxis (o derivados) si el conductor no tiene ganas de hablar, por dios. Uno nunca debe perderse la conversación de un taxista por nada del mundo: son los sabios de la urbe, no olvidéis.
Hoy, como bien dice el título y el calendario, empieza marzo. Es día 1 mientras comienzo esta newsletter. No sé cuándo la acabaré. Pero eso da igual porque lo que quiero es empezar hablando de este mes que para bien y para mal viene siempre cargado de novedades. A dónde me va a llevar escribir sobre esto no lo sé aún.
Este mes es el inicio de la vuelta a la vida. Se acabó arrastrarse por la cuesta de enero y se acabó pensar que febrero es corto. Además, este año es bisiesto y ha habido un día más de prórroga. Resulta que Pedro Sánchez cumple años el 29 de febrero. Supongo que por eso se conserva tan bien…….
En fin. Marzo dio su pistoletazo de salida y lo hizo con viento. En marzo la veleta, ni dos horas se está quieta. Los refranes pocas veces mienten; son sabiduría popular. Y precisamente me gustan por eso: porque suenan como conjuros mágicos dichos por un juglar o como canciones de abuela recitadas en una cocina, pero siempre dicen verdades como puños. Y hay que comérselas. Hay que ver cómo me cabreaba de pequeña cuando mi abuela me avisaba: hasta el 40 de mayo no te quites el sayo. Yo estaba deseando sacar toda mi ropa de verano, pero mi abuela me recordaba la prudencia. ¡Anda ya la prudencia…! Más de una vez me he resfriado para fechas de San Isidro….
Igual que el tiempo, que anda revuelto, así empiezo yo marzo. Con la cabeza revoloteando a 10.000km/hora y con una vertiginosa sensación de que muchísimas cosas están a punto de pasar. Marzo me da respeto. Porque ya la experiencia me dice que este mes es en el que pasa todo. O casi todo. No tiene ningún tipo de medida ni de mesura. Y la gente que ha nacido en estos días,,,,… tampoco. Yo me incluyo, por supuesto. Sé, con una certeza pasmosa, que el ritmo de la vida coge carrerilla. Yo me preparo. Pero, en el fondo, una nunca se puede preparar para lo que no sabe que está a punto de vivir.
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Retomo aquí el hilo (ahora es día 2 ya). Hablaba de prepararme para lo que viene, como si eso fuese posible. Bueno, querida, quizá eso es un poco utópico…… Esto me recuerda al inicio de un texto que tengo en las notas del móvil:
Después de resumir en pocas frases aquel encuentro, el narrador habla con Dios. Le pregunta algo pero no espera respuesta. En realidad no quiere saber qué pasará.
Me gustó tremendamente la posibilidad de preguntar a Dios qué pasará, pero no querer saber en realidad su respuesta. Pensaba el otro día que a veces, en algunas películas, se consigue esta sensación de pregunta a Dios sin respuesta. Historias que abren el final, que no saben cerrarse porque… en realidad, no han acabado. O mejor aún, han abierto el principio de otra nueva.
Las dos últimas películas que me hicieron pensar en esto las he visto esta semana. Una de ellas es el cortometraje que ganó los Goya: Aunque es de noche. En esta pieza cortita que no os robará más de 15 minutos se plantea una reflexión sobre la situación de los vecinos de La Cañada Real a través de los ojos de un niño. Un niño que, con sus medios (un móvil), filma lo que es la vida allí y lo que podría ser. El final no os lo desvelo, pero al verlo me evocó un poco a esto que comentaba: una pregunta a Dios sin esperar respuesta alguna. Un acto desesperado de fé.
La otra película con la me obsesioné estos días es Vive l'Amour, una peli taiwanesa de los 90. Cuantísima elegancia para hablar sobre soledad, deseo y desesperación. En esta película los tres personajes protagonistas también están desesperados y tremendamente solos. Como es habitual en el cine asiático, el silencio llena las escenas de una forma que casi nadie más consigue. Los personajes se miran, se siguen, se encuentran, se besan…… Hablan poco, porque no tienen mucho de qué hablar. No quieren hablar ni de su soledad ni de sus absurdos trabajos. Buscan en el deseo y en el morbo de los secretos su pequeña esperanza. Sin embargo, la protagonista principal cierra la película echándose a llorar durante…. 5 minutos? Una absoluta angustia aguantar ese plano, qué queréis que os diga. Pero al ver aparecer los créditos pensé: y ya? Así han decidido acabar?
Por lo visto sí. Un lloro sin respuesta ni consuelo. Una pregunta que se escapa al aire y nadie responde. Porque quizá nadie la ha escuchado. O porque nadie sabe qué responder.
Me he puesto muy solemne quizás??? Espero que no lo leáis así. Vine aquí a celebrar el inicio de la primavera y acabé hablando de preguntas al aire. Marzo ha empezado ventoso, por algo será. ¡Es el viento...! ¡El maldito viento solano, que saca a la gente de quicio! - como dice Penélope en Volver. Y es que el viento se le mete a una en el cerebro y le agita las ideas, le vuelve loca. Recuerdo cuando empecé a quedar con una chica que me gustaba mucho y siempre que nos poníamos de acuerdo para vernos, empezaba a correr un viento completamente absurdo y tremendo. Todos nuestros encuentros estaban atravesados por un temporal ventoso. Yo por esa época pensaba: ¿me avisa de algo????? ¿O me vuelve más loca aún?
Por todo esto y más, ya veis que el viento no me sienta a mí muy allá. He optado por autoconvencerme de que ya están subiendo las temperaturas y se acerca el momento de bailar. De hecho, os dejo un disco aquí muy primaveral y rumbero para que se os caliente un poquito el cuerpo: Azucar Moreno - Bandido. Lo descubrí por casualidad el otro día en una tienda de vinilos. Me entró por el nombre (Bandido) y por una colorida carátula. Y al final me lo acabé llevando de paseo. Me había prometido a mí misma esta semana no comprar nada pero a veces una se siente apelada y no puede ignorarlo, ¿me entendéis? Así que tengo un vinilo nuevo y un libro nuevo. El libro es La Ternura, de Paula Ducay. Solo me lo he empezado así que de este tema ya hablaremos próximamente………. que da para página y media la cosa.
Este libro se me metió entre ceja y ceja por culpa de un programa de Cadena Ser: Las entrevistas de Aimar - Paula Ducay. Es una cosa fuerte lo bien que habla todo el mundo en esta radio…… Da un gustazo que no veas. Imagino que en ocasiones así sale a relucir aquella carrera de periodismo que tengo en un cajón metida. Amo las palabras, amo la gente que sabe jugar con ellas, amo las voces engatusadoras de la radio…. En fin. Os dejo la semillita. Otro día hablamos de la ternura, ¿sí?
Dicen que mañana, día 3, sale el sol. Yo creo que si todos escucháis el disco de las Azucar Moreno hasta subirán las temperaturas.
Marzo veleta……. ya sabéis. Aprovechad el viento como podáis. Pronto se va.
Teresa Terremoto os manda besos
<3